martes, 17 de enero de 2012

El fín de una rara historia

La historia, camino imparable humillado por centenares de pies que lo
cabalgan indiferentes, es rara. Y extraña. Tejida de enfrentamientos y
teñida de sangre. Teñida de tintas tontas y de listas listas.  La
historia es una enorme casa de raras historias que se suman y se
funden.

Y es tu historia, y es la mía.
Y se muerde y se retuerce
Y se abrazan y terminan
Y se escupen y se esconden
y se ven y se imaginan
y se pierden .. no se donde
porque la historia es esquiva.

Y en el crepitar del fuego de un encuentro, va la chispa molesta a
escaparse de la llama. Y en el ulular del viento entre los pinos , va
a escaparse alguna nube perdida. Y en la espuma de una roca castigada
por las olas, un cadáver se acercará a la costa un día a morir por
segunda vez.

Y es la historia, la histeria de la historia. La demencial cadena de
sucesos que pisamos y subimos, que enhebramos y escalamos.

Porque subimos en vano
porque caemos con ganas
porque tan fijo miramos
que mas que subir, trepamos
no escaleras, sino ramas.

Y el fin es principiante. Aprende todo de nuevo. El final es un niño
triste que nos mira con ojos inquietos. El final es un retazo de
inocencia que nos pide ensuciarse las rodillas de tierra y la cara de
chocolate.

El final de una historia es la primer página de un nuevo libro por
escribir. Celebremos pues cada final cual el mejor de los comienzos,
pues ..¿qué mejor comienzo que aquel del cual se ignora el final?

El final de una historia no es el fin de LA historia. De finales de
historias se hacen históricos comienzos que cuando huella dejan se
vuelven eternos.

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