jueves, 15 de octubre de 2009


Ya no crucificarán a 'D10s' por no ir al Mundial pero quizá a muchos sí les gustaría crucificarlo por respeto al fútbol. Mejor dicho, por su demagogia barriobajera y por el antifútbol malsano que se derramó bajo su mando en el 'sacrosanto' verde del estadio Centenario de Montevideo. La 'albiceleste' de Maradona viajará a Sudáfrica después de no dar tres pases seguidos con 'pelota dominada', ni pisar el área contraria en 80 minutos, ni ser capaz de entregar un solo balón en condiciones al mejor jugador del mundo —Messi—, el heredero. Eso sí, los apóstoles de 'D10s' ganaron 0-1 chocando contra Uruguay —sin mirar a portería— al son del 'viejo' Verón. Y vale todo y no se olvida jamás. Y así 'el Diego', como transmutado en la 'Niña del Exorcista', sacó ese fusil que tiene por lengua al final del partido. Que Dios le perdone... una vez más.

Porque aún peor que el fútbol desplegado por su equipo, fue el vergonzoso espectáculo que ofreció 'El Pelusa' tras el pitido del árbitro, sobre la misma banda del legendario Centenario. '¡Que la chupen, que la chupen. Y la sigan chupando!', no se cansaba de bramar dando botes, abrazado a Bilardo entre lágrimas y jugadores, desafiante como si acabara de descubrir los secretos de la piedra filosofal.

Y lo peor es que 'El Diego' fanático no cambia ni tiene intención, le da igual el cargo que ocupe. Escupe en la calle, en un palco, en el césped o en el banquillo, en rueda de prensa, ya sea como simple hincha, seleccionador o candidato a mejor demagogo de la nación Argentina. "Yo tengo memoria, a los que no creían, a los que no creyeron... con perdón de las damas, que me la chupen, que me la sigan chupando".

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